viernes, 17 de febrero de 2012


SOBRE EL SABIO
LISANDRO ALVARADO

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En la antigüa ciudad de El Tocuyo, en el barrio de San Juan, en una casa poblada por gente llana, del pueblo también antiguo, nació Lisandro Alvarado el 19 de septiembre de 1858. Llovia en Venezuela entera aquella recia lluvia de fuego llamada la Guerra Federal (1858-1863). Se llamaron Rafael Alvarado y Engracia Marchena los padres, don Rafael y doña Gracia les saludan con respeto todos los tocuyanos, porque si bien es pública y notoria la pobreza hogareña, también es pública voz y fama la buena crianza y honradez. Así será la primera educación recibida por Lisandro, que andando el tiempo, hasta la hora de la muerte ello de abril de 1929, en Valencia, pobre, honrado, sabio, será don Lisandro Alvarado, Don bien adquirido en la vida y en la obra.

En el famoso Colegio La Concordia, fundado por el maestro ejemplar don Egidio Montesinos en 1863, estudió Lisandro Alvarado el bachillerato. La infancia y la adolescencia transcurren, pues, en su lar nativo. Pero el grado de Bachiller en Filosofía lo recibirá en el Colegio Nacional de Varones de Trujillo, en 1874, donde sorprende a los examinadores, quienes le otorgan el título sin terminar las pruebas. Era un estudiante fuera de orden, como será un estudioso metódico, ordenado, objetivo y sin tregua. Sólo podrá terminar su carrera de Medicina, en la Universidad Central, en 1884, porque debe trabajar en Barquisimeto para ahorrar los recursos que necesitaba para llegar a Caracas, a tocar la puerta, a entrar en la Casa de Estudios y a estarse en ella, hasta culminar. Pero Lisandro Alvarado hace Medicina por carrera, alIado de estudios varios, como sólo un ingenio acuciado de la sabiduría puede solicitar: Derecho Romano, Derecho Canónico, Matemáticas, Ciencias Naturales, Historia, Idiomas clásicos (griego, latín) idiomas modernos (francés, inglés, alemán, italiano), idiomas indígenas como el caribe.

La vida de Lisandro Alvarado en la etapa de sus estudios (1871-1884) transcurre, pues, entre El Tocuyo y Caracas, con posadas en Trujíllo y Barquisimeto. Mas apenas termina la colación universitaria, se va tierra adentro; se casa en Ospino, en 1887, con Amalia Rosa Acosta Zúñiga, pero amores suyos nacen en muchos pueblos. Es médico rural en Guanare (1888) Y Director allí del Colegio Nacional; médico también en El Tinaco y luego, después de unos meses del año 1890, como Cónsul en Southampton, Inglaterra, comienza su curiosa peregrinación por ciudades, pueblos, caseríos, llanos, montes, ríos y caminos de Venezuela.
Lisandro Alvarado, un hombre que anda por ahí, a pie, a veces a caballo, humildemente vestido, con unos libros, unos cuadernos y lápices que le distinguen de los arrieros y caminantes, por los malos caminos y trochas que unen a Barquisimeto con Acarigua, a Valencia con San Carlos, a los Llanos con los Andes, al Occidente con el Oriente, no abandona su curioso trabajo desde 1891 hasta 1920. En este último año se queda en Caracas porque ya está viejo, pero no inactivo. Ni siquiera cuando lo sienta la hemiplejia en 1926 deja su tarea intelectual, cambiada la actividad delviajero por la del traductor.

Don Lisandro Alvarado dedicó aquella intensa vida por los caminos de la tierra venezolana a estudiar esa tierra, con su naturaleza y con su historia. Se había formado intelectualmente para eso. Quiso vivir de cerca, intensamente, la profunda verdad de su pueblo. Cuando muera, el 10 de abril de 1929, hace ahora cincuenta años, ya no puede morirse su aliento, su infatigable quehacer, su sobrevida que es la obra dejada para el patrimonio común de los venezolanos, para ennoblecer la identidad nacional, para dar ejemplo de firmeza, de claro y verdadero patriotismo, el trabajo silencioso, rehuyendo las vanidades, el dinero, el poder, las medallas, los encargos y la publicidad.

¿Qué lleva en ese baúl, labrado en madera venezolana, don Lisandro Alvarado? Lleva su obra, en veintidós manuscritos, letra pequeña, para que puedan publicarse sus libros. Los libros de Lisandro Alvarado son los propios de un humanista; un humanista que ha examinado metódicamente todo cuanto leyó, cuanto vio y escuchó. Sus libros se llaman así: Glosario de Voces Indígenas de Venezuela (1921), Glosario del bajo español en Venezuela (1929), Datos Etnográficos de Venezuela (publicada sólo en 1945), Historia de la Revolución Federal en Venezuela (1909). Son sus obras mayores, que complementa con ensayos, artículos, discursos, memorias, una excelente Miscelánea de Letras e Historia, como se titula el volumen VII de sus Obras Completas publicadas en 1958. También forma parte de los haberes intelectuales de don Lisandro Alvarado la traducción del poema de Tito Lucrecio Caro llamado De la Naturaleza de las Cosas, directamente del Latín, claro está; asi como también la traducción, esta vez del francés, del Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Mundo, de Alejandro de Humboldt.

Andrés Bello fue el humanista por excelencia a partir de 1810. Lisandro Alvarado es el sabio venezolano por excelencia entre 1890 y 1920. Es decir, ahora, en el tiempo contemporáneo. Lingilista, historiador, antropólogo, entre otras destrezas de la inteligencia,hacen de Lisandro Alvarado una figura excepcional de maestro para los venezolanos. Publicada su obra, estudiada en parte su vida, es hora de convertir vida y obra en fuente, en viva presencia, en estímulo para los venezolanos de hoy.
Sin el trabajo de Lisandro Alvarado la comprensión de Venezuela, como pueblo, habria quedado manca. Por los libros de Lisandro Alvarado se siente, con luz y calor, la historia del pueblo venezolano. Las voces del pueblo, la naturaleza del pueblo, el silencio del pueblo, el caminar del pueblo, la esperanza también del pueblo.

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